Soga de papel

39.55 ;2.73
domingo, octubre 31, 2004
  La sonrisa inocente.
El bullicio y la alegría de la gente me envolvía. Por alguna razón, supongo que en un intento de integrarme, cogí al gato y lo empezé a agitar sistemáticamente. Nadie hizo nada, nadie dijo nada. Las agitaciones se tornaron en golpes y la frecuencia de los mismos aumentaba. Nadie hacía nada, nadie decía nada. Los golpes aumentaban en dureza y frecuencia. Mi sonrisa aumentaba a medida que la de los demás se borraba. Al final el gato yacía en el suelo, mis manos estaban ensagrentadas y me sonreía el alma. Nadie hizo nada, nadie dijo nada. Los invitados fueron abandonando la fiesta.

Ocurrió en uno de mis primeros cumpleaños, desde entonces no me ha gustado sonreír.
 
jueves, octubre 28, 2004
  El comienzo
Algunos lo achacan todo a un excesivo amor maternal. Todo el mundo, esos estúpidos hombres con batas blancas, creen que toda mi vida fue condicionada por haber estado más de una vez dentro de mi madre. Lo cierto es que ni siquiera la quise, nunca quise a nadie. Tan solo amé una vez y quién sabe, quizás la seguiría amando si estuviera viva.

Perdón, será mejor empezar por el principio. Hace cerca de 13 años que vivo encerrado entre esquizofrénicos, esquizoides psicópatas y ya saben, toda esa fauna que uno puede encontrarse en un hospital psiquiátrico. Hace unos meses se me proporcionó la posibilidad de usar la conexión a internet del centro. Ya basta, no quiero extenderme más sobre esto, lo cierto es que el único propósito que tengo es dejar escrito el verdadero motivo de mi decadencia.

Nací en una familia de clase media, no crecí entre putas ni en los brazos de drogadictos. Pronto aprendí a leer y a escribir y pronto, demasiado pronto, perdí esa blanca inocencia. Fue a los 7 años recién cumplidos.
 
sogadepapel@hotmail.com
LINKS
Diario de un impresentable
Susurros
ARCHIVOS
octubre 2004
noviembre 2004
diciembre 2004
enero 2005
febrero 2005
marzo 2005
abril 2005

Sindicar

Powered by Blogger
Weblog Commenting by HaloScan.com