Cuervos y ponzoñas Hoy los cuervos entrometen sus picos curvados y retorcidos en si mismos en los intestinos y me descarnan las costillas. Pero, aun desangrante, arrastro las negras entrañas por la gravilla. Y avanzo.
¡Cuervos y buitres! ¡Sucias águilas carroñeras! Seguid inmóviles porque yo avanzo, y lo hago hacia vosotros. Hoy quiero yo vuestra carne.
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